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Delicado en la nube flotante de la tarde, encantando a una novia brillante, hipnotizando a una flor floreciente y desmandado a un pájaro en vuelo; el blanco es tal vez el más polifacético de todos y cada uno de los colores.
Un presagio de calma en cama, un toque de estilo fresco en el baño, un telón de fondo para las paredes y un signo de buen gusto en la sala de estar; el blanco es quizá el único color con el que no te puedes confundir.
En el comedor, el blanco es muy elegante y complejo y tiene una capacidad prácticamente mágica para destacar los tonos de el alimento. El blanco es el ingrediente secreto para impresionar al huésped y es el camino más corto para convertir cada comida en un tema para rememorar.
La valiente y bella China de los huesos
Casi cualquier cosa en blanco no sirve para un conocedor del color. Vaya por la valiente y bella elegancia de la cerámica fina, o bien la estatura real de la cerámica, y deje que su vajilla hable el lenguaje de la elegancia. Si la agonía de la busca de las piezas adecuadas le ha impedido embarcarse en una «adquiere de blancos», ha llegado el instante de tomar el control de la misión.
Colección de comida
La «Compilación de Cenas Prístinas» de Zansaar, como su nombre lo señala, es escogida a mano a fin de que te enamores de ella con sus tonos apacibles. Desde juegos de ramequines y vajillas orientales para esas ocasiones tan singulares hasta platos de cena y soperas que son terminantes para localizar su camino a la mesa con regularidad, estos caballeros blancos están acá para inspirarte a evolucionar en un anfitrión perfecto, de esta manera para elevar la cena diaria a dimensiones nuevas de sofisticación.
Hueso de China y porcelana
Importadas del R. Unido y fabricadas con la mejor calidad de cerámica y cerámica fina de hueso, estas piezas para servir llevan las cualidades propias terminantes de ciertas gamas más populares y universalmente codiciadas, desde Dema, conocida por su estilo extraordinariamente moderno, hasta Arthur Wood, cuya reputación se extiende durante un siglo.
Enciende ciertas velas
Cuando se han encendido las candelas, se han puesto los manteles más bonitos y ciertos cubiertos refulgentes, con cristalería hermosamente elaborada que da elegancia al entorno y un ramo de flores frescas del jardín que aportan un toque de brillo, es hora de introducir esa vajilla tan apreciada y de servir piezas de vajilla en blanco, y establecerse para una noche de buena comida, estilo esbelto y pura dicha.